Mientras que el ministro de Agricultura llamó a no hacer un “apocalipsis de un momento”.
El ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, se refirió este martes a la compleja situación que enfrenta la industria de las cerezas debido a la baja de sus precios en China, su principal mercado. Valenzuela, quien habló esta tarde en el Congreso, llamó a la calma justificando que este año fue excepcional debido a las horas de frío “no hagamos un apocalipsis de un momento de una temporada, tenemos que mirar los quinquenios como punto de observación”.
Asimismo, el ministro indicó que hay que evaluar la temporada completa para poder realizar un balance completo y que se han duplicado las exportaciones en países como Estados Unidos, Brasil y con Coreo del Sur. Además, defendió al Ministerio de Agricultura y a ProChile, ante las criticas de que no actuaron a tiempo: “Creamos la Agregadurías Agrícolas en Vietnam, con dos objetivos: Exportar más fruta, entre ellas cerezas y más carnes blancas. También, volvimos a ocupar la agregaduría en la India”.
A raíz de esto, Antonio Walker, presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), expresó a Emol que aún es temprano para sacar conclusiones, ya que vienen las semanas más importantes. Con todo, resaltó que el volumen exportado de cerezas chilena aumentó más de un 55%, con exportaciones el año pasado de unas 83 millones de cajas “y ahora vamos a llegar a las 115 millones de cajas de fruta”. Lo anterior, “sumado a que hay menos plata en China y la presencia de un virus respiratorio ha hecho que la gente se cuide más en ir a los mercados, ha generado que las ventas estén muy por debajo de las expectativas que teníamos para este año”, señaló el líder gremial. Además, indicó que “esto es grave porque la industria de la cereza es muy grande, representa cerca de tres mil millones de dólares en exportaciones, con 115 millones de cajas, más de 70.000 hectáreas plantadas en Chile y más de 350.000 personas trabajando en el sector.
Esta situación tiene un impacto económico y social significativo, ya que afecta directamente a las economías locales de las regiones”. Para Walker, esta situación podría ser un punto de inflexión para la industria. “No podemos seguir exportando cualquier variedad, cualquier calibre o frutas que no resistan el viaje. Tampoco podemos exportar variedades que no cumplan con buenas condiciones organolépticas (sabor) ni con la resistencia necesaria para llegar en óptimas condiciones al mercado.”