Durante los últimos años, la tasa de obesidad infantil ha aumentado de manera alarmante, afectando a más de 390 millones de niños y adolescentes de entre 5 y 19 años en todo el mundo, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Mientras que, una investigación realizada en China por la Universidad de Sichuan reveló que, en 2024, Chile presenta altos índices de esta enfermedad, situándose en el puesto N°11 del ranking, con una prevalencia estimada de 15,94%.
En la misma línea, en mayo de este año se publicaron los resultados del Mapa Nutricional de JUANEB de 2023. Los hallazgos mostraron que el 50% de los niños y adolescentes en Chile tienen sobrepeso, y el 23% de ellos sufre de obesidad. Estos datos subrayan la urgencia de abordar y revertir la creciente tendencia de esta problemática en el país.
En ese contexto, los expertos dicen que, entre los diferentes objetivos modificables para prevenir la obesidad infantil, se encuentra un cambio de hábito alimenticio a nivel familiar, que consiste en una selección de comidas accesibles y que aporten diversos micronutrientes, proteínas de alta calidad y grasas saludables, como es el Omega 3, que está presente en altas dosis en el jurel.
Beneficios del Omega 3:
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Promoción de un metabolismo saludable: Estudios indican que el omega 3 puede tener un impacto positivo en el metabolismo de los niños, debido a que mejora la activación de hormonas relacionadas con el uso de energía y glucosa, lo que contribuye al mantenimiento de un peso corporal saludable.
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Reducción de la inflamación: Los ácidos grasos Omega 3 poseen propiedades antiinflamatorias, lo que ayuda a reducir la inflamación crónica asociada con la obesidad y sus complicaciones.
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Desarrollo cognitivo mejorado: Además de combatir la obesidad, el Omega 3 se ha vinculado a un desarrollo cognitivo óptimo en niños, lo que subraya su papel integral en la salud general de los más pequeños.
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Fomento de hábitos alimenticios saludables: Introducir alimentos ricos en Omega 3 en la dieta de los niños desde temprana edad puede cultivar hábitos alimenticios saludables que persistirán a lo largo de su vida.
Pese a lo anterior, es esencial que los padres y cuidadores consulten a un profesional de la salud en caso de problemas de obesidad infantil.